Tras la segunda aparición, es decir, después de la Reconquista, a la Virgen la custodian y cuidan en su Ermita sacerdotes seculares sevillanos hasta el afio 1594. En este año, el Visitador de las Ermitas, D. García de Sotomayor, informa del estado de abandono en que se encuentra la Ermita al Cardenal de Sevilla, Don Rodrigo de Castro y Osorio, cediendo, este último, la custodia a la Orden Franciscana de la Provincia de Nuestra Señora de los Ángeles, en la persona del Guardian del Convento de San Francisco del Monte, llamado Fray Juan Jurado y su comunidad.